LA NOCHE DE LOS MUTANTES

En las épocas en que tenía entre 16 y 23 años solíamos ser un gran grupo de amigos que disfrutaban día a día de juegos, deportes, lindas nenas y de mucho, mucho aguardiente, éramos un grupo bastante grande y la pasábamos muy bien. En las noches de Viernes las cosas eran tan divertidas que uno nunca quería perderse ni un solo segundo de frío bajo las nalgas, ni de calor producto de la amistad verdadera (1).

Es en esa época donde se ubica el sueño que les relataré a continuación, en esa época cuando las respetables señoras del barrio pasaban y nos miraban con reproche por andar dando mal ejemplo en las escaleras de entrada a la torre de apartamentos numero 2, mientras tanto las hijas pasaban a la sombra de sus furibundas madres y nos miraban con la complicidad y aprobación que los “niños malos” producimos en esas edades.

Como les decía, eran tan agradables esos momentos que nadie quería ir a su casa a recibir calorcito, lo mas importante era estar ahí sentados, burlándonos del prójimo y coqueteándole a las prójimas, tampoco se iba al baño, las necesidades referentes a la micción se realizaban en los múltiples prados y materas que rodeaban los bloques de apartamentos, ir a hacer pipi se hacia de la manera en que hoy lo hacen las niñas en los bares, es decir, en grupitos.

En mi sueño están Carlos y Ale Orbegozo, Oscar Bohórquez, Martin meneses y Martin “el gringo”, como solíamos decirle a un negrito Colombiano que vivía en New York pero que venia con frecuencia a visitarnos; estamos todos tomando aguardiente cuando Carlos hace la invitación: “Voy a mear, vamos?” y todos hacemos nuestro periplo hacia los bloques para darle nuestra vida a las matitas; Estando contra la pared para darle rienda suelta a la orinada veo con asombro que todos ellos en vez de abrir la cremallera del pantalón empiezan a desapuntar sus camisas y de pronto sacan su miembro, su pene, su pipi, su verga, su júnior, su mejor amigo, del lado derecho del pecho!!!!

Imagínenlo!, el pipi ubicado en el pecho, sentado a la derecha del padre, perdón, del corazón!, digna posición para un órgano tan importante en nuestras vidas, gran posición, pero que vaina tan antiestética y tan incomoda, no me puedo imaginar un emocionante abrazo con una niña, y no me puedo imaginar donde estaría ubicado el “tesorito” de las niñas cuando el pecho ya lo tienen muy bien ocupado.

No puedo recordar que más ocurrió en el sueño pero creo que esto fue suficiente, no vuelvo a tomar jugo de maracuyá antes de dormirme!.

(1) La amistad verdadera no es producto del Aguardiente, mi grupo de amigos es el mismo desde hace 31 años, pero bueno, no puedo ser tan injusto con el Aguardiente, el nos ha acompañado durante todo este tiempo.