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domingo, noviembre 12, 2006

YUPI!, OTRO COLABORADOR (Los sueños enviados por los amables colaboradores son transcritos tal cual son enviados por sus autores).


Bueno, y con una corta semana de vida ya cuento con un segundo colaborador. Esta vez me honra con un trascendental escrito, Julián Huérfano, una de las garbimbas que tuve el gusto de conocer en Epsifarma, el hombre nos habla de las sensaciones durante una caída libre, en mi opinión la sensación debe ser una sobreproducción de adrenalina similar a la que se libera cuando se giran cheques y en el banco no aprueban el sobregiro, o similar también a la adrenalina liberada cuando suena su celular estando al lado de la esposa y no se tiene ni la menor idea de quien esta marcando.

En fin, Julián nos resulto trascendental (me imagino que esta es una de sus tácticas para embaucar niñitas)pero bueno, ahí los dejo con el sueño de este amigo mío.

CAIDA LIBRE.

Debe ser asombroso sentir la libertad de caer hacia un vacío, ya sea desde el edificio o de la montaña más alta. Siempre he soñado con eso, imagino ese instante, en el que el viento golpea cada uno de mis poros y mi estómago se estremece. Algunos creen que es un instante, pero yo creo que resulta una eternidad, sin embargo, el tiempo allí tiene un valor ínfimo.

Por obvias razones jamás he caído y sentido tal libertad, pero solo la imagino, dicho largo instante debe ser estremecedor y al mismo tiempo reconfortante; imagino que debe ser cierto aquello que se dice sobre que se le pasa la vida a uno, sin embargo, no estoy seguro, la vida de una persona está tan llena de detalles que es difícil encontrarlos todos. Más bien, ese momento le otorga la libertad de escoger el detalle de su vida que quiera recordar, sólo un detalle, que para mi sería la vida entera, tan largo como para reconfortarme, tan corto para finalizar con un golpe tremendo contra el piso y yacer con las entrañas destrozadas.

Un día soñé que caía desde el edificio más alto, y no tenía miedo, abría los brazos buscando el mayor contacto con la brisa y cerraba los ojos para perder la noción del espacio en dicho instante, por qué lo hacía?, no se, me sentía libre, era un momento en que estaba solo yo y nadie influía, en ese momento no importaba nada, las apariencias, lo bien o lo mal que hiciera algo, ni siquiera la vida o la muerte, solo importaba yo y la brisa golpeándome. Era maravilloso, por fin podía centrar mi mente en lo que quisiera y nadie coartaría dicho deseo y si quería podría gritar lo que siempre había deseado y nadie me escucharía, podría escupir, inclusive podría morir y nadie, nadie detendría aquello, todo sería mi decisión.

Pero aunque todo esto suene como un desafío, para mi no lo era, simplemente era una demostración al mundo de que por fin pude ser libre y había roto esas malditas cadenas que siempre me habían rodeado, era esa la libertad que siempre había soñado y nunca había tenido, ahora era mía y nadie me la podía robar.

Entonces, en el momento en que mi caída comenzó, recordé aquel beso, aquel en que mi piel se estremeció tanto y mis sentidos se perdieron en tan inmensurable magia. Recordé cuan feliz me sentí y no necesito metáfora alguna para plasmarlo, solo puedo decir que fue uno de los pocos momentos en que sentí vida corriendo a través de mis venas, ya mi cuerpo no era solo un cúmulo de órganos y una mente que recibía y recibía toda clase de daños, no, estaba vivo y fue un instante en el que me sentí libre, como si cayera de un edificio muy alto.

Luego de eso, aquel momento se borró de mi mente y recordé el día en que decidí que ese beso solo sería un lindo recuerdo y que a pesar de que aquel beso se había transformado en un amor bastante profundo, era hora de perderlo todo, porque aquella vida que sentía que corría por mis venas, se había agotado. Y en un afán sin sentido por buscar de nuevo vida en mi, me topé con una felicidad que creí inocentemente llenaría de nuevo aquel vacío. Lo perdí todo. Volvía a ser aquella máquina gris que transitaba por el mundo y se perdía en la estupidez y en las ganas de buscar felicidades insensatas, inoficiosas.

Desesperé al recordar eso y noté que aquel suceso era uno de tantos sucesos que buscaba desechar en mi camino por encontrar instantes de libertad pura. Entonces aquella magia se rompió y decidí a abrir los ojos, vi el suelo y caí. Quedé muerto al instante.

Un día mientras caía desde el edificio más alto cerré los ojos y soñé, y por extrañas razones, noté que en aquel sueño buscaba ser libre. Debe ser asombroso sentir la libertad de soñar mientras se cae a un vacío, algunos creen que es una eternidad, pero yo creo que un sueño toma un instante, como la muerte, sin embargo, el tiempo allí tiene un valor ínfimo.

My life is your life, My dreams are your dreams, My death is your death.
L.S.D.F

1 Comentarios:

Blogger Unknown dijo...

Eso pasa cuando le dan alas a la sicodelia de Florinda, espero que los sueños que en el futuro publicaré gracias a Martin no sean tan bizarros, aunque lo dudo mucho.

6:36 p. m.

 

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