VOLANDO EN LA CIUDAD DE LAS NUBES

En el sueño veo unos edificios de aproximadamente 20 pisos de altura, en ladrillo, muy limpios, un fondo azul con pocas nubes (ideal para un buen partidito de tenis) hay muchos edificios, como si fuera el centro de la ciudad. El punto desde donde observo el sueño esta como a la altura del piso quince (como se la altura a la que me encuentro?.... no tengo ni la menor idea, eso es lo que sentí) estoy parado sobre una plataforma que se siente muy débil, es una especie de piso en esterilla de guadua, entre las uniones de la esterilla puedo ver hacia abajo, un espacio gigantesco un gran cielo bajo la plataforma, ahora me doy cuenta que los edificios no deben tener 20 sino muchos, muchísimos pisos.

La plataforma de esterilla de guadua esta sostenida por los edificios, o no se si sea la esterilla una especie de alfombra voladora en la que están incrustados los edificios y unos maravillosos árboles cuya copa sobresale sobre la plataforma.

Los árboles tienen frondosas copas verdes con frutos de varios colores; Los troncos son algunos lisos, pero otros están llenos de enredaderas que los ahorcan, árboles que sin duda dispararían la creatividad del demonio Antonio. (1)

Sobre la plataforma camina una mujer, una ejecutiva ñoña, lo digo por su “sastre” esa clase de vestido de paño horrible con falda ancha que lo único que logra es hacer ver aburridorsisimas a las mujeres, ella camina tranquila, yo la miro intranquilo porque sé que la plataforma es inestable (Por que este guevóm sabe? Se preguntarán los caleños… la respuesta otra vez es…. No sé).

Esta ñoña mujer con este ñoño traje, camina segura, a pesar de lo ancho del talle y de ese opaco color azul petróleo, yo solo la veo desde atrás, como en otros sueños, creo que soy simplemente el camarógrafo.

1, 2, 3, 4 pasos… 10, 11 y suena el crack de la esterilla, la mujer cae por un hueco de su tamaño, su ancho vestido se enreda con los bordes astillosos y le deja la falda a la altura de los brazos que intentan aferrarse a algo, quedan totalmente expuestas sus nalgas y su frondoso pelaje frontal; Yo como buen camarógrafo, la sigo… volando?... quizá, pero la sigo, ella cae rápidamente hasta que logra asirse del tronco de un árbol liso por el que cae rápidamente como el mas profesional de los bomberos, rozando con su feminidad el árbol, dejando nervioso al único espectador, o sea al camarógrafo, o sea a mi.


(1) Antonio, un ser mítico que habita en el oscuro mundo de Pablo VI, con la mentalidad retorcida de un jardinero con tendencias de asesino serial, no solo asusta en su barrio, también lo hace en las inmediaciones de la universidad nacional donde suele internarse para lograr entender por que existe. Nos une también el retorcido gusto por una creación Belcebuciana, el Santa Fe, o mejor Satán Fe, una comunidad diabólica en la que se adoraba al seudo-equino Asnaroth.

Los invito a leer el infierno de Antonio concentrado en un blog y a ver las imágenes por el creadas; Tinieblas, árboles espectrales y pájaros malditos son el disfraz de este tipo, de este amigo.