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martes, noviembre 28, 2006

MUERTES.

En que se parecen el cine y los sueños? (No es un chiste, para eso están los blog dedicados a los chistes malos).

El cine y los sueños tienen se asemejan en que los dos nos dan la posibilidad de vivir cosas que la vida normal no nos ofrece, pero el mundo de los sueños tiene una ventaja, o desventaja -según el sueño y lo que involucre- y es que en el teatro de nuestros sueños nosotros o nuestros seres queridos siempre somos protagonistas, cosa que difícilmente lograremos ver en cualquier sala de cine.

El problema de este protagonismo es que cuando se involucra a personas que queremos, terminamos por no dormir y con un día de estrés y preocupaciones producto de las imágenes “premonitorias” del sueño.

Eso me ocurrió durante dos noches seguidas y serán los relaños (relato de sueños) que encontrarán a continuación.

MUERTE 1.

Estoy a bordo de una de las piezas maestras de la industria automotriz mundial, MI twingo, en el puesto que queda directamente atrás del conductor, que en este caso es mi papá, los otros puestos están también ocupados el del copiloto por mi madre y el resto de puestos por gente que no logro identificar.

Transitamos las calles de mi amada Bogotá con un trafico mediano, que los Bogotanos solemos sortear como si estuviéramos haciendo una carrera en una pista de obstáculos. En el carro se habla mucho, como si hubiera más de cuatro aguardientes en la cabeza de los ocupantes, pero soy fiel testigo que no se había consumido licor, es mi sueño no?

Le toco el hombro a mi padre para decirle algo repetidas veces hasta que el hombre decide voltearse a mirar, mi mamá grita “cuidado!” Mi papá gira su cabeza hacia delante nuevamente y vira el timón hacia la derecha, desafortunadamente estábamos muy encima del bus naranja de esos que llamábamos “bananos” y veo como nos estrellamos contra la parte trasera con un fuerte impacto que solo afecta el sitio donde esta sentado mi papá.

El sentimiento de culpa es gigantesco y al instante siguiente me veo fuera del carro mirando las consecuencias del accidente, todos estamos fuera del carro, menos mi papá, me acerco y veo su cabeza atrapada entre las latas del bus y el paral de la puerta, la cabeza mira hacia atrás, el cuerpo se ve totalmente inanimado, desgonzado, la cabeza tiene una terrible expresión de dolor y lo único que se mueve de lado a lado son los ojos de mi papá como un simple reflejo mecánico… allí ya no hay vida… y en mi corazón hay dolor de culpabilidad y llanto, un llanto que solo puede calmar mi esposa cuando me dice: “mi vida, que es lo que estas soñando?”

MUERTE 2.

Oscar B. Es ese miembro de nuestro grupo de amigos, al que todos queremos y a que todos orgullosamente llamamos nuestro mejor amigo, en realidad todos sabemos que el titulo de mejor amigo desde hace muchos años tiene dueño, Alejo; sin embargo, Oscar se encarga con sus historias, chistes malos e imitaciones de Madonna de hacernos saber que también somos sus mejores amigos (Ojala Alejo no se entere de esto porque se puede poner celoso, y me puede reclamar por la mala educación de hacer públicos los temas maritales). Recapitulando y con el fin de no hacer esto muy largo, a Oscar tse le quiere mucho (la t es importante), y por eso resulta complicado hacer un relaño de su muerte.

Ubicados estamos con mi esposa en la clínica colsubsidio de la Calle 67 con carrera 10 de mi siempre amada y nuca igualada Bogota, capital del mundo, de mi mundo, del mundo de los verdaderos Bogotanos. Nos encontramos allí hablando con el medico acerca del bypass gástrico al que se sometió Oscar con el fin de participar en el VII desfile olímpico para empleados VIP organizado por su empresa, una cadena de supermercados. Costeños tenían que ser para armar un desfile de esa calaña. Hasta ahí todo era divertido.

El medico muy amablemente nos comento acerca de las complicaciones de la cirugía y de la insistencia de su esposa (la de Oscar) Paca, de estar durante la intervención. El medico estaba algo molesto por que según el no pudo actuar a sus anchas y la verdad no tenia una buena idea de la evolución del paciente. Nos invito a seguir a la habitación.

Entrando a la habitación comencé a sentir una horrible angustia que no era más sino el preámbulo para el terrible cuadro: sobre la cama estaba una bolsa negra, ocupada, llena de mi amigo, el medico solo atinó a emputarse (perdón por el lenguaje, pero fue lo que hizo) por que en esa clínica la gente se muere y a el nadie le avisa.

Después estoy sentado llorando con el consuelo de mi esposa en una de las gigantescas salas de espera de la clínica Colsubsidio, solo impotencia y madrazos al sistema de salud colombiano, impotencia porque yo no pude darle el campeonato de Santa Fe que tanto anheló, impotencia ante el inesperado lance de vanidad que lo llevo a esa terrible operación, impotencia por que la maldita flaca con la hoz ya se lo había llevado.

En ese momento alguien toca mi hombro y me dice “oiga Pachito, por que llora?” me volteo y veo a Oscar con Paca, muy elegantes ellos…. Yo no atino a preguntar nada, Paca se me adelanta y me dice… “nos escapamos, dejamos toda nuestra ropa metida entre la bolsa negra en la que le traje el vestido a Oscar y nos fuimos a ver al Cacique de Junta, que se presentaba allí en el Astor Plaza”.

Yo no paraba de llorar diciéndole, mucho HP y yo aquí sufriendo por que usted se había muerto, y el me respondió tranquilamente: “No pachito, no estaba muerto, andaba de parranda”

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