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lunes, abril 30, 2007

SUN ANGEL MINE

Tenía el pelo corto y rizado, era la típica niña juiciosa y apegada a las normas, de aquellas a las que los ojos le brillan pensando en su futuro casadas, con hijos y viviendo eternamente en el mismo lugar donde han vivido siempre, siempre. Pertenecía a ese grupo de mujeres a las que yo les llamo “ñoñas”, pareciese que hubiera nacido en el siglo 19, tanto que cuando la recuerdo suelo hacerlo en blanco y negro, ese de los primeros años del cine, con poco contraste y que si lo definiéramos con exactitud no sería un “blanco y negro” sino un “gris claro con gris oscuro”. Si lo pienso detenidamente la debo ver así por que así me parece la vida de las mujeres ñoñas: Plana, aburridora… GRIS.

Hija de un prominente científico, gentil caballero siempre ataviado con vestido completo, chaleco, camisa blanca y corbata roja, de esas personas que uno podría jurar que siempre usan la misma ropa, pero su apariencia y olor indicaban todo lo contrario, sus zapatos brillaban como las botas de un militar, pero lo que mas brillaba era la gran plataforma del zapato izquierdo que le ayudaba a equilibrarse con la pierna derecha que era 10 centímetros mas larga que su hermana, la de tendencias comunistas. A pesar de todo la mirada de este señor solo irradiaba bondad, cosa que no suele ocurrir con las personas que tienen la desventura de ser cojos.

Su madre, la de la protagonista de este relato, también tenía todas las características de una madre del siglo pasado, abnegada, siempre bien arreglada para ir a comprar la leche diaria, una mujer de hermosas facciones y que debía tener un nombre algo así como “Chelita de Rojas” para ellas, una mujer medianamente decente debería tener siempre un “de” antes del apellido.

Completaba la familia un niña-grande con un retraso mental, imposible determinar su edad, con las mismas bellas facciones de sus padres y siempre agarrada de gancho al brazo de su padre, madre o hermana. Al ver a esta niña uno le daba gracias a Dios por tener todo en su sitio y funcionando normalmente, pero a la vez quisiera preguntarle a EL porqué de la injusticia con estas personas, en esos momentos cuando la palabra “Dios” se convierte en “Maquiavélico Dictador”.

Así era la vida de esta niña de pelo rizado, quien poco a poco se fue convirtiendo en mujer, siempre acompañada de algún miembro de su familia, siempre sonriente, siempre educada, siempre vestida como una abuelita, muchos la verían como la esposa perfecta, pero a mi me parecía simplemente una niña linda muy bien educadita, pero que no inspiraba un solo mal pensamiento. Siempre me saludaba con un amable:

- Hola, Cero! –

Que yo agradecía con una gran sonrisa. Era de las pocas personas que me veían como algo mas que el simple Cero a la izquierda que soy.

Supe después que se casó con un buen hombre, igual a ella, ñoño. Cuando los vi juntos por primera vez llevaban esa sonrisa de fe ciega en quien sabe que, y se veían como una pareja perfecta y extrañamente feliz.

Pasaron varios años para que yo regresara a mi barrio, cuando lo hice tuve la grata sorpresa de verla desde lejos, apresuré el paso para alcanzarla antes de que se subiera al ascensor y ella a su vez dejó que el ascensor hiciera un viaje mas para saludarme:

Sonriente dijo - Hola, Cero! -

Yo como siempre la salude también muy sonriente omitiendo su nombre, pues nunca lo supe,

“Estás muy linda, te ves… diferente” añadí muy sinceramente.

Ella me tomó de inmediato de la mano y me llevó hacia las escaleras, poco usadas en un edificio de 20 pisos en los que la gente siempre usa el ascensor, me arrastró en silencio tres pisos mas arriba, se volteó y me dio un apasionado beso, grande, apretado, caliente… PERFECTO. A los 15 segundos lo que me hace hombre era mas grande que los recuerdos, que la razón, que el edificio de 20 pisos. Ella con una asombrosa agilidad hizo saltar los botones del Levi´s 501, tomo mi verga y se la introdujo en el interior mas caliente que jamás he sentido; Se movió, jadeó, y me hizo el amor de la manera mas convencida y feliz que cualquier ser humano se pueda imaginar. Yo estaba virilmente estático, erecto de pies a cabeza, medio mareado, extasiado, extrañado, feliz… enamorado?

Solo volví en mi cuando ella estaba organizando su falda y me dijo al oído “te espero a las 3 de la tarde en mi apartamento”. Y se fue, con la misma actitud inocente y feliz de siempre.

No me pude mover durante mucho tiempo, o por lo menos eso fue lo que sentí, por que la noción de tiempo se perdió; Quede sentadote mirando por las ventanas de reja hacia el parque, me la imaginé paseando a su hermanita, acompañando a sus padres, la vi responsable en todos sus actos… después todo mi cuerpo quedo erecto de nuevo al recordar el maravilloso sexo que me acababa de regalar. Me di cuenta que después de toda una vida, solo le bastaron veinte minutos para convertirse en una mujer perfecta, “Una dama en la mesa – Una puta en la cama”. Por un momento pensé en su familia, en su esposo, pero después todo eso no importó nada.

Mire mi reloj y supe que aún faltaban 3 horas 27 minutos y 42 segundos para que fueran las tres de la tarde, corrí a mi casa y me bañé durante una hora entera, limpié todos y cada uno de los rincones de mi cuerpo, incluidos esos que a veces uno no recuerda que tiene, del ombligo salieron motas, pelos, un clip y una media que irremediablemente terminó en la basura cuando no pude encontrarle el par.

No pude sacarla de mi mente ni un solo segundo, cuando eran las 2:30pm me volví a sentir sucio y decidí volverme a bañar para estar esterilizado a la hora de volverla ver. Al llegar a las 3 de la tarde a la cita me encontré en la puerta de su apartamento a 4 tipos mas, todos a su manera tenían sus mejores pintas, y todos tenían la misma cara de asombro al ver que no eran los únicos en esa puerta. Por fin decidí preguntarle a uno de los malditos que lucía un impecable traje negro:

- Hombre, que es lo que hace toda esta gente aquí? –
- No creerá que es el único! - dijo El, burlonamente.

Un gordito que estaba mas adelante hizo cara de corazón roto y se echó a llorar, no aguantó y se fue.

- Ella nos regala a todos lo mejor de si misma, es tan maravillosa y perfecta que no puede ser de un solo hombre, pero nadie es capaz de tolerarlo, todos corremos cuando lo sabemos, por que todos irremediablemente hemos quedado enamorados – Dijo el hombre del traje negro.
- Pero cuando nos damos cuenta de lo que significa, lo aceptamos y volvemos, para que nos de un poco de ella – concluyó.

Otro que estaba mas adelante dijo: - Todos sus encuentros están detalladamente descritos en su blog “Sun Angel Mine”, ahí se puede leer a cuantos hombres y mujeres nos ha hecho felices, luego nos ha matado de tristeza y luego nos resucita cada vez que quiere. –

Quise resistirlo, pero no pude, salí corriendo desesperado, cuando no pude mas paré, y desde ese momento empecé a morir recordando esos veinte minutos de angel solar que solo quería para mí.